En el primer artículo de esta serie hemos visto los fundamentos más básicos de la gestión de color en fotografía. En este segundo artículo os explicaré cómo configurar lo mejor posible la gestión de color, enfocándolo a la situación más habitual en la mayoría de nosotros, los aficionados: la no disponibilidad de equipos de calibración y perfilado exactos de cámaras, monitores e impresoras, tales como colorímetros o espectrofotómetros. Para esto aprovecharemos el software de calibración visual del monitor que acompaña al sistema operativo del ordenador, los perfiles de cámara DCP de Adobe Camera Raw y otros programas, así como los perfiles de color ICC estándar de los drivers de los dispositivos. De este modo, aunque obtendremos un flujo de trabajo algo menos preciso, los resultados serán ampliamente satisfactorios para la mayoría de propósitos prácticos. Finalmente, comentaremos las opciones para impresión de alta calidad con impresoras fotográficas, y cómo se utiliza cada una desde Adobe Photoshop.
Pongámoslo todo en práctica: cómo configurar la gestión de color
Calibración visual del monitor
Lo primero que debemos hacer es calibrar visualmente el monitor. La calibración de un monitor consiste en el ajuste de varios parámetros:
- Punto de negro: Se ajusta con el control de brillo del monitor, de manera que una región de la pantalla que recibe valores digitales para el color negro (R=0, G=0, B=0) muestre realmente un negro denso. Para ajustarlo se usan cartas de ajuste visual del punto negro.
- Contraste del monitor
- Gamma: es un número que caracteriza la relación entre los valores digitales que recibe el monitor y el brillo (luminancia) producido en los píxeles. Para ajustarlo se usan cartas de ajuste visual de gamma. El valor de gamma está normalmente alrededor de 2.2.
- Temperatura de color o punto blanco: es la temperatura de color del color blanco en pantalla. Normalmente la ajustaremos a 6500 K, que es la temperatura aproximada de la luz solar diurna (el llamado iluminante D65), o si el monitor no lo permite, la dejaremos a la temperatura de color nativa (por omisión).
Antes de calibrar un monitor, conviene tenerlo encendido 30 minutos para que se estabilice la imagen (sí, no sólo los antiguos monitores con tubo de imagen, también los monitores modernos LCD y LED). También es conveniente calibrar el monitor en un entorno con una luz tenue, no directa y, en la medida de lo posible, sin tintes de color, como el tinte verdoso de la luz fluorescente. (Idealmente debería ser una fuente de luz estandarizada de unos 5000 K). La resolución de pantalla deberá ser la nativa (la máxima que admita el monitor).
Los sistemas operativos de ordenador actuales, como Microsoft Windows o Apple MacOS, ofrecen un programa de ayuda o asistente de calibración. Os pongo el ejemplo de cómo se calibra visualmente un monitor en Windows 10.
- Ajustamos inicialmente el contraste del monitor a su valor por omisión.
- Ajustamos la temperatura de color del monitor a 6500 K, o bien a la temperatura de color nativa (por omisión), usando los controles de ajuste del menú del propio monitor. Consultad el manual del monitor si es necesario.
- Ejecutamos el asistente de calibración de Windows (Display Color Calibration Tool):
- Ejecutamos el Panel de Control y seleccionamos sucesivamente Hardware y sonido, Pantalla, Calibrar color.
- O bien, en el cuadro de búsqueda de Windows 10, escribimos Calibrar color, y ejecutamos la aplicación que se muestra, “Calibrar color de la pantalla”.
- O bien, seleccionamos Inicio, Ejecutar… , escribimos el comando “dccw” y pulsamos Intro.
- Seguimos cuidadosamente los pasos del asistente.
Aquí podéis ver los pasos más importantes del asistente de Windows 10 para la calibración visual del monitor:
Arranque del asistente
Ajuste de gamma
Ajuste de brillo (punto negro)
Ajuste de contraste
Ajuste de balance de color
Comprobación final de la calibración
Para un ajuste más preciso de gamma, podéis recurrir a esta herramienta gratuita, que genera una configuración de calibración para Windows 7 o superior y la instala automáticamente.
Configuración de la gestión de color de los programas de edición
Una vez calibrado visualmente nuestro monitor, es el momento de configurar la gestión de color de nuestro programa de edición favorito. Los ajustes de la configuración de gestión de color que os encontraréis varían de unos programas de edición a otros, pero se parecen bastante. A continuación os detallo las elecciones más razonables para los ajustes más importantes:
Número de bits por canal de color:
Si el software ofrece esta elección (8 o 16 bits), seleccionad siempre procesamiento con 16 bits.
Espacio de color de trabajo:
Seleccionad el espacio de color de trabajo, normalmente AdobeRGB o Kodak ProPhotoRGB.
Perfil CMYK:
Sólo utilizaremos el perfil CMYK si vamos a imprimir en una imprenta, o en una impresora que acepte datos en un espacio de color CMYK. Si no es nuestro caso, porque vamos a imprimir en impresoras domésticas, incluyendo las impresoras fotográficas (que aceptan datos RGB y los convierten internamente), normalmente podemos ignorarlo o dejar el valor por omisión.
Si quisiéramos imprimir en una imprenta con alta calidad (por ejemplo, para que nuestra imagen se imprima en una revista o folleto), necesitaremos convertir la imagen o el documento a un espacio de color CMYK, ya que sus impresoras offset funcionan con datos CMYK. Para la conversión a CMYK se necesitará un perfil de color CMYK. Aunque sería posible que la imprenta generase un perfil de color para cada una de las combinaciones de la multitud de máquinas, tintas y tipos de papel que ofrecen, los cientos de perfiles resultantes llegarían a ser inmanejables, por lo que un mejor enfoque es que la imprenta se ajuste a un estándar único, estricto y controlado en lugar de perfilar individualmente. De esta manera, los resultados serán uniformes en cualquier imprenta que se ajuste al estándar. Europa, los Estados Unidos y Japón, por ejemplo, tienen cada uno su conjunto de estándares para impresión. En el caso europeo, el grupo de expertos ECI (European Color Initiative) se encarga de promover el procesado de datos de color independiente del dispositivo. ECI publica una serie de perfiles CMYK estándar para la industria europea de impresión. Existen perfiles estándar para máquinas offset, máquinas de huecograbado, rotativas de prensa, etc.
Seleccionaríamos aquí, por lo tanto, el perfil estándar que utilice la imprenta a donde enviemos nuestro trabajo de impresión. Para generar el archivo imprimible, convertiremos nuestra imagen o documento a CMYK. Este proceso utilizará el perfil CMYK que hemos configurado y lo anexará al archivo resultante.
Perfil de color de cámara:
Si disparáis en RAW y vuestro software dispone del perfil de cámara apropiado, seleccionadlo, o dejad que lo elija el propio programa si lo hace de forma automática, como por ejemplo Adobe Camera Raw.
Si disparáis en JPG, seleccionad el perfil de color que hayáis configurado en la cámara (sRGB o AdobeRGB).
Perfil de color del monitor:
Si no podemos generar el perfil exacto del monitor con un colorímetro, usaremos el perfil de color estándar que viene con el controlador del dispositivo. Se instala en la carpeta de Windows
C:\Windows\System32\spool\drivers\color
Los perfiles de color de los monitores de consumo que suministran los fabricantes casi siempre son muy parecidos, por no decir idénticos, a sRGB (un estándar de visualización de la industria), salvo que se trate de monitores de alta gama, algunos de los cuales cubren gamas de color similares a AdobeRGB (pero sus precios se disparan por encima del millar de euros).
Seleccionad el perfil de color del monitor en la configuración de gestión de color de vuestro programa de edición. Para saber cuál es, en Windows 10, podemos ejecutar
Configuración > Sistema > Pantalla > Propiedades del adaptador de pantalla > Pestaña Administración del color > Administración del color…
En la pestaña Dispositivos seleccionamos el monitor, y nos mostrará el archivo correspondiente del perfil de color.
Intento colorimétrico para la visualización en el monitor:
Para el caso de monitores normales de consumo, que tienen gamas similares a sRGB, seleccionaremos el intento colorimétrico Perceptual. Si tuviésemos un monitor profesional con gama similar a AdobeRGB, elegiremos Colorimétrico relativo.
Perfil de color de salida:
Es el espacio de color al que se convertirán las imágenes finales editadas que guardamos en nuestro ordenador, en alguno de los formatos usuales: JPG, TIFF, PNG… El programa de edición anexará además ese perfil a la imagen de salida, para que otros programas con gestión de color puedan saber a qué espacio de color está referenciada y la muestren correctamente. Para generar imágenes aptas para su publicación en la web, usaremos sRGB.
Perfil de color para prueba de impresión:
Si usamos una impresora doméstica y no disponemos de un perfil a medida, podemos usar el perfil de color del controlador de la impresora para la prueba de impresión.
Intento colorimétrico para prueba de impresión:
Para impresión doméstica con una impresora de consumo, seleccionaremos el intento Perceptual. Si tenemos una impresora fotográfica de cierta calidad (o vamos a usar un servicio de impresión profesional), y estamos seguros de que nuestra imagen no sobrepasa la gama de destino, el intento Colorimétrico relativo nos proporcionará mayor precisión.
Compensación del punto negro:
Se trata de un método, inventado por Adobe, para esquivar la indefinición existente en las conversiones entre espacios de color a la hora de mapear el color negro. Aquí podéis encontrar más información. Normalmente se puede dejar activado para conseguir negros correctos.
Esta página de Adobe, este tutorial y este otro os pueden ayudar a configurar correctamente la gestión de color en Adobe Photoshop.
En las siguientes figuras os muestro otros ejemplos de configuración de la gestión de color, de los programas de edición de imágenes GIMP (GNU Image Manipulation Program) y digiKam:
Configuración de la gestión de color en GIMP
Configuración de la gestión de color en digiKam
Impresión
Para imprimir la imagen con Photoshop en una impresora doméstica, fotográfica o no, usad el papel suministrado por el fabricante, seleccionándolo en las opciones del diálogo de impresión. Tenemos dos opciones de configuración de impresión, mutuamente excluyentes:
1. Desactivar la gestión de color en el controlador de la impresora y configurar Photoshop con la opción Photoshop gestiona el color en la sección Gestión de color del diálogo de impresión. Aquí podéis ver un ejemplo de una impresora Epson, en la que se ha desactivado la gestión de color de la impresora (opción Off (No Color Adjustment)):
2. Activar la gestión de color en el controlador de la impresora y configurar Photoshop con la opción La impresora gestiona el color en la sección Gestión de color del diálogo de impresión. Aquí podéis ver un ejemplo de una impresora Epson, en la que se ha activado la gestión de color de la impresora (opción ICM):
La primera opción es mejor si disponemos de un perfil de impresora a medida. Si no es así (el caso más habitual), utilizaremos la segunda opción e imprimiremos directamente usando el controlador de impresora con su gestión de color activada.
Tened cuidado de no activar al mismo tiempo la gestión de color de Photoshop y la de la impresora, pues con toda probabilidad producirá malos resultados.
Conclusiones
Aunque la ciencia del color es compleja (porque la visión humana lo es), su aplicación práctica en los sistemas de gestión de color simplifica bastante la consecución de resultados satisfactorios y predecibles, incluso para los fotógrafos aficionados. Para ello no es imprescindible disponer de instrumentación de perfilado, excepto si queremos hacer trabajos profesionales que requieran una gran precisión en el tratamiento del color.
Animaos, configurad y utilizad, en la medida de vuestras posibilidades, la gestión del color de vuestros programas… ¡Vale la pena!